viernes, 3 de febrero de 2012

madre mia...

Tengo el blog tela de abandonado pero esque últimamente el ordenador se me ha quedado en una esquina de la habitación de adorno. Básicamente.
La verdad es que últimamente me encuentro un poquito peor. Las heridas se me infectan un poquito más.
Me siento como si estuviese perdiendo el equilibrio.
Tengo miedo de cambiar. Y de quedarme siempre atascada en las mismas ideas.
¿Y si dentro de 5 años he cambiado?¿Y si ya no me gustan los dinosaurios, en vez de un colchón en el suelo y miles de bombillitas en mi habitación prefiero tener una cama adoselada de madera, cuadros aburridos llenos de rostros que no conozco y no he dibujado yo y un armario lleno de ropa de colores aburridos...y si ya no sueño con volar?....
Tampoco consigo encontrar mi sitio entre mi gente. Es como si todo el mundo tuviese algo más importante...como si los amigos de siempre se perdiesen, se dividiesen y de repente nos damos cuenta de que somos impares...?
¿Y si la gente empieza a comportarse como si estuviese madurando muy deprisa menos yo?
¿Y si soy yo la que nunca va a poder ser una adolescente tranquila, despreocupada y feliz?
¿Y si la que se esta perdiendo soy yo?


Y luego están ellos...
¡Ay! Dios mio, como me doléis.
Pienso muchísimo en eso, hay quienes me dicen que después de conocer al amor de tu vida no vuelves a enamorarte, que las heridas sanan y puedes volver a amar, que luche por lo que quiero...
¿Y si me merezco algo mejor?
¿Y si estoy engañando a alguien con un amor que no es suficiente?
¿Y si le estoy robando la oportunidad de sentirse amado de verdad?
¿El camino que debo seguir es en solitario o acompañada?



Me da miedo que se rompa la cuerda en la que me estoy apoyando, que se suelten las ebras de lo que me ha costado trenzar como una seguridad consistente. Unas ideas constantes y firmes...pero...¿Y si me equivoco?
¿Y si perder el equilibrio por alguien es parte de vivir una vida con equilibrio?


Me dicen que un corazón roto no es algo necesariamente malo, que significa que lo he intentado y sigo haciéndolo.
se también que el equilibrio es no dejar que nadie te quiera menos de lo que te quieres tú.


También sé que todo me ha enseñado algo, he tenido que afrontar verdades muy duras de mi misma, de los demás, de quienes deberían haberme cuidado y protegido, de la vida en general mucho, muchísimo antes de lo que debería. 
Con 18 años tampoco puedo decir mucho de la vida, de cuanto necesito y de como pensaré en un futuro.
Solo sé que lo más sabio es temerle al propio miedo. Pero no se puede temer lo que no se conoce y no se puede conocer lo que uno no quiere conocer.


En algún punto del camino me he perdido a mi misma, mis ideas, mis principios.
He aprendido que los padres incumplen sus promesas, que la gente que quieres también se muere, y que siempre hay alguien más listo que tú.

que quien no te busca, no te extraña y quien no te extraña no te quiere.
Que el destino determina quien entra en tu vida, pero tú decides quien se queda.
Que la verdad duele una vez y la mentira cada vez que nos acordamos.


Contemplé ocasos de soles, de lunas y de personas, pero pocos amaneceres. Sin embargo, lucho como el primer día. Confío cada vez menos, supongo cada vez más.
Me planteo la cantidad de cosas que aún mantengo, y no las que se van.
Quizás el equilibrio sea tejer más cuerdas, con menos certezas y más riesgos.