sábado, 14 de abril de 2012

Bequer

XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó el llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún, ¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá, ¿por qué no lloré yo?